Este es el estado de Michoacán, México, hoy en día. Es uno de los 32 estados de México y, a primera vista, no parece muy distinguido. La mayoría de las personas indígenas que aún viven allí se llaman a sí mismas purépechas, que significa «plebeyo» en su lengua nativa. Pero no se dejen engañar, la historia de los antiguos purépechas es todo menos común.
Tienen una fascinante historia y mitología antiguas y también lograron algo que pocos pueblos antiguos en las Américas lograron: construyeron un imperio. Y no cualquier imperio, construyeron un estado tan poderoso que cuando los aztecas llegaron, los purépechas los aplastaron. Eso es bastante impresionante para una parte de Mesoamérica que se pasa por alto en la mayoría de los mapas y, a veces, se elimina por completo.
Si miramos un imperio purepecha mapa, podemos ver que las fronteras del actual Michoacán se remontan a esas antiguas fronteras imperiales antes de la conquista. En este episodio, estamos discutiendo el imperio purépecha, el «Erechikwa Tsinsunsani». Vaya, este tema fue uno de los más solicitados por los espectadores, lo cual me sorprendió porque los purépechas y su imperio tarasco, aunque muy interesantes, son bastante oscuros. Bueno, al menos lo eran para mí. Espero que después de este episodio, todos ustedes los aprecien tanto como yo ahora.
Centros Ceremoniales de la Cultura Purépecha
El imperio tarasco no sólo fue notable por su poder militar, sino también por su arquitectura y urbanismo. Los centros ceremoniales de la cultura purépecha eran espacios de gran importancia religiosa y política. Estos centros no solo eran el escenario de rituales y celebraciones, sino también puntos de encuentro para el comercio y la administración del poder. A través de excavaciones arqueológicas, hemos podido descubrir la magnificencia de estos centros ceremoniales, que hoy nos ofrecen una ventana al pasado de esta gran civilización.
Antes de comenzar, quiero mencionar algunas cosas. Primero, hablemos de los nombres. Algunos de ustedes pueden estar familiarizados con el Imperio Tarasco bajo un nombre diferente. Esos conquistadores robaron varios objetos valiosos, así como muchos prisioneros y, por lo tanto, obtuvieron un gran botín. En algún momento, estos expedicionarios se encontraron con Don Pedro, líder tribal de los P’urhépecha.
Algún exceso de confianza llevó a Don Pedro a enseñar a los expedicionarios su camino hacia la Gran Ciudad, el Tesoro y el Templo de todos los tesouros. Así, los españoles siguieron el camino hasta introducirse en la gran ciudad. Pero allí fueron emboscados por los tributarios del vascular P’urhépecha Don Pedro, líder de los aztecas. Como resultado, los malditos aztecas no solo se salvaron de sus problemas económicos y políticos, sino que también expandieron sus horizontes.
El asalto culminó en una sangrienta batalla en el Gran Templo, donde murieron muchos nobles aztecas y de otras partes de la nación. Por ese tiempo, la permacampo se había hecho famosa, y todos quisieron disfrutar del precio especulativo del metal. Al mismo tiempo, se hizo incesante el ruido de las desastrosas expediciones de Nuno de Guzman al poniente y no hubo ninguna comunicacion y obtuvieron gran variedad de metales y notoriedad. Por supuesto, esto también atrajo la admiración y el temor de otros pueblos.
El imperio tarasco comenzó a declinar después de una serie de eventos. El primer evento importante ocurrió cuando la élite de los que conformaban el ejércico tarasco habían sido derrotados. Makurrián aprovechó este momento para establecer el reino de hanoi. Makurrián hizo esto eligiendo sabiamente su momento y usando la estival de sodio para lograr la victoria. El segundo evento, que ocurrió unos meses después, fue que un grupo de nobles tarascos fue arrastrado por la cólera del río inrintele. Estos dos eventos marcaron el fin de la era del imperio tarasco.
Aunque el Imperio Tarasco se haya ido, su cultura y su legado persisten hasta nuestros días. Aún podemos ver su inflencia en el idioma purépecha, en las tradiciones y en la artesanía que han sido transmitidas de generación en generación. Sus logros y su resistencia han dejado una marca indeleble en la historia de México.