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¿Qué es el supramundo maya?
Desde el punto de vista de los antiguos mayas, el supramundo era un lugar de perfección y armonía, una especie de paraíso en el que los seres humanos podían alcanzar la inmortalidad. En la cosmología maya, el supramundo estaba dividido en tres regiones: el cielo, la tierra y el inframundo. Cada una de estas regiones estaba habitada por unos seres especiales. Los dioses habitaban en el cielo, los seres humanos en la tierra y los muertos en el inframundo.
El Cielo del Pueblo Maya y su Significado
El cielo del pueblo maya, conocido como el «cielo maya», no era simplemente el espacio por encima de la tierra donde los cuerpos celestes brillaban. Para los mayas, el cielo era una entidad multisegmentada, llena de secretos y significados. Con su avanzado conocimiento astronómico, identificaron constelaciones y alineaciones que influían en su calendario y rituales. En su lengua, como se llama el cielo de los mayas refleja esta visión compleja, siendo un término que engloba tanto el firmamento como sus aspectos sagrados y místicos.
Las referencias al cielo en la cultura maya están presentes en muchos de sus textos y códices, donde se detallan las deidades asociadas con cada uno de los trece niveles que lo componen. Estos niveles en el cielo del pueblo maya estaban poblados por diferentes dioses y potencias celestiales, cada uno con su función y significado, reflejando la profunda conexión entre el cosmos y la vida terrenal de esta civilización.
¿Cómo se llama el sol en maya?
Según la tradición Maya, el sol se llama Ah Kin. Ah Kin es el dios del sol y la luz, y es uno de los dioses más importantes de la religión Maya. Ah Kin es el encargado de iluminar el mundo y hacer que las plantas crezcan. Los Mayas creían que Ah Kin era el dios que los protegía de las fuerzas oscuras y malignas del universo.
El Impacto del Sol en la Cultura Maya
El sol, o Ah Kin, ocupaba un lugar central en la vida diaria y la cosmología maya. No solo proveía luz y calor, sino que también regulaba los ciclos de siembra y cosecha, fundamentales para la subsistencia de la civilización maya. Los movimientos del sol eran cuidadosamente monitoreados y venerados, y su aparición y ocaso dictaban el ritmo de las ceremonias y festividades. Los mayas crearon complejos calendarios basados en los ciclos solares y lunares, testimonio de su profunda admiración y respeto por este astro rey.
En resumen, tanto el cielo como el sol eran componentes vitales de la religión, astronomía y vida cotidiana del pueblo maya. El cielo del pueblo maya, con sus múltiples niveles y deidades, y Ah Kin, como fuente de vida y protector, son ejemplos del profundo entrelazamiento entre los mayas y los elementos celestiales. La veneración de estos aspectos de la naturaleza refleja una civilización avanzada y en sintonía con el universo que les rodeaba.